
Momentos hay en los que la atención abarca la totalidad de el instante, momentos de presencia en los que es posible maravillarse de ser, de como sin más, sostenemos el alineamiento vertical con respecto a la gravedad balanceando la cabeza sobre la columna, de cómo los pulmones se expanden con el aire que generan las bacterias moradas y los seres vegetales verdes; y es asombroso recordar al buen Einstein que puso todo lo palpable en términos de movimiento y energía.
Es sorprendente saber que nuestra vida ha sido un proceso contínuo que se remonta hasta los orígenes de la misma, que nuestro ser es producto de las maravillas de la evolución y también es asombroso saber que en este universo paralelo en este país de tierras pródigas donde se dan los mangos haya tantos niños pobres desamparados, es asombroso el nivel de estupidez que se padece crónicamente en quienes hacen mal uso del poder.
Publicado en el número 424 año 8 de Razón y Acción
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