
El piso pélvico es el área romboidal entre el pubis, el cóxis y los dos izquiones. Es el lugar donde comienza la vida, nuestro centro energético
biomecánico y de gravedad a partir del cual se origina cualquier movimiento.
El piso pélvico es el músculo que utilizan los perros para mover la cola y en nuestro caso es susceptible a reflejar en forma de tensión las emociones traumáticas. En las ballenas y delfines el coxis se convirtió en aleta, siendo el piso pélvico el músculo que los propele.
La capa muscular más profunda del piso pélvico es el abanico constituido por el coxígeo, el ileococcígeo y el pubococcígeo que se contraen radialmente y soportan gran parte del peso de las vísceras. A ellos les es superficial el perineo transverso profundo que forma un triángulo grande que va de los isquiones al pubis y la capa más superficial asemeja un ocho formado por el bulbo esponjoso y el esfínter del ano que a los lados tiene dos pequeños triángulos formados por el isquiocavernoso y el transverso perineal superficial.
Un piso pélvico tenso se puede ver reflejado en problemas de rodillas, tobillos y espalda, así como un piso pélvico distendido ya sea a causa de un parto o debilidad se traducen en incontinencia y problemas posturales.
En diversas disciplinas de movimiento es de gran relevancia la conciencia de este grupo muscular, en la yoga el primer chakra o centro energético se localiza en esta área; en pilates se utiliza el piso pélvico para activar el trasversus abdominis y lograr un abdomen plano; en la danza el dominio del piso pélvico da el momentum o la suspensión en el aire.
Ser conscientes de nuestro centro de poder es de gran importancia para la salud y la felicidad.
Referencias: Erick Franklin, Dough Keller, B.K.S. Iyengar, Thomas W. Myers, Mabel Todd, Blandine Calais-Germain y Lulu sweigard.
Publicado en el número 365 del año 8 de Razón y Acción
Imágen tomada de http://www.pilates-pro.com/storage/musclesofthepelvicfloor.jpg
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