
Las plantas son fractales debido a sus patrones autosimilares, en estos hermosos seres verdes que se estiran hacia el cielo, la totalidad de su estructura establece la mayor superficie para captar luz.
Es interesante ver que la imágen general de antena se repite desde la silueta de la planta, las hojas y la molécula de la clorofíla gracias a la cual transforman la energía luminosa en energía química, sorprendentemente la molécula de la clorofila y la hemoglobina de no ser porque la primera tiene un átomo de magnesio en el centro y la segunda de hierro, serían idénticas.
A veces me gusta imaginar que porque mis venas se ven verdes corre por ellas clorofila y soy luminovora pero esos son solo sueños, lo cierto es que en los bastones oculares tenemos rodopsina, un pigmento fotoreceptor indispensable para la visión que se encuentra presente en algunas plantas y forma parte de nuestra herencia evolutiva bacteriana.
Un átomo hace la diferencia entre clorofila y sangre, los detalles que tranforman lo cotidiano en extraoridinario son muy finos, la masa crítica se forma por fracciónes y sólo una gota basta para derramar el vaso. Haz la diferencia y como dijo Gandhi, "se tu el cambio que deseas ver en el mundo".
Publicado en el número 393 año 8 de Razón y Acción Imágen tomada de http://www.armazemdobem.com.br/images/clorofila.jpg
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